Gracias a su sabor delicado y textura firme, el rodaballo ha ganado un lugar privilegiado en la gastronomía. Por consiguiente, se ha convertido en una elección predilecta para los amantes del buen comer. Sigue leyendo, y descubrirás todas las razones por las que este pescado debería formar parte de tu dieta.
1. Es una excelente fuente de proteínas de alta calidad
El rodaballo es una poderosa fuente de proteínas, claves para los procesos de reparación y para el desarrollo de los tejidos de nuestro cuerpo. Su perfil proteico es de alta calidad, proporcionando todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita. Nos aporta aproximadamente 20 gramos de proteína por cada 100 gramos de pescado. Por tal razón, se trata de una alternativa óptima para quienes buscan conservar o incrementar su masa muscular. Asimismo, es una opción saludable para quienes simplemente desean llevar una alimentación balanceada.
2. Aliado para la salud cardiovascular y digestiva
Otra de las razones para incluir rodaballo en tu dieta es su bajo contenido en grasas y su riqueza en ácidos grasos omega-3. Esto lo transforma en un alimento perfecto para planes alimentarios hipocalóricos, y además ofrece una fácil digestión. Vale la pena mencionar que, al ser un pescado con carne blanca y textura delicada, termina siendo una opción muy fácil de procesar. Además, existe una menor probabilidad de que ocasione molestias digestivas en comparación con otros alimentos con mayor contenido graso.
3. Ofrece una amplia variedad de vitaminas y minerales esenciales
Consumir rodaballo nos aporta distintas vitaminas y minerales de gran valor, contribuyendo así positivamente a nuestro estado de salud y bienestar general. Entre ellas, destaca su significativo contenido en:
Vitamina B12
Esta vitamina es clave para un adecuado funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso. Al mismo tiempo, es imprescindible para que nuestro cuerpo pueda producir glóbulos rojos. En otras palabras, esto significa que su déficit puede conducir a la anemia y problemas neurológicos.
Vitamina D
A diferencia de muchos alimentos, el rodaballo es una de las pocas fuentes naturales ricas en vitamina D. Esta vitamina desempeña un papel esencial en la regulación del calcio y el fósforo en el cuerpo. De forma adicional, no solo ayuda a la mineralización ósea, sino que también es importante para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico y la salud general.
En consecuencia, estas son otras razones para incluir rodaballo en tu dieta. Cabe destacar que este nutriente es especialmente beneficioso durante los meses fríos. En esta época la exposición al sol, nuestra principal fuente de vitamina D, es limitada. Por ello, muchas personas sufren una disminución en los niveles de vitamina D, lo que puede afectar su salud ósea y su estado emocional. Sin embargo, al consumir rodaballo, puedes compensar esta carencia estacional. De este modo te asegurarás que tu cuerpo reciba la cantidad adecuada de esta vitamina vital.
Selenio
Este mineral tiene un poderoso papel antioxidante, cuidando las células del daño y contribuyendo con nuestro sistema de defensas. Por otro lado, el selenio también desempeña un rol clave en la función tiroidea, ayudando a balancear el metabolismo.
Magnesio
El rodaballo es una fuente valiosa de magnesio, un mineral que colabora en diferentes funciones críticas del cuerpo. A su vez, es esencial para el correcto desempeño del sistema muscular y nervioso, ayudando a que los músculos se contraigan de manera adecuada y que los nervios transmitan señales con precisión. Por si esto fuera poco, este mineral es imprescindible en el control de la tensión arterial, ya que contribuye con la relajación de los vasos sanguíneos. Inclusive, el magnesio es vital para promover un ritmo cardíaco saludable.
4. Reducidos niveles de mercurio
El mercurio es una preocupación usual cuando hablamos del consumo de pescado, pero el rodaballo se presenta como una alternativa segura dentro de una dieta balanceada. Este alimento posee una cantidad muy reducida de mercurio, siendo así una opción apta para el consumo frecuente, incluso para mujeres embarazadas y niños.
Métodos de cocción
El rodaballo se puede disfrutar de diversas formas, destacando entre los métodos de cocción a la plancha, a la parrilla o al horno. Estas técnicas son perfectas, puesto que su carne es tierna y no te recomendamos manipularlo demasiado. Además, cocinarlo al vapor o al horno, es una de las mejores opciones si deseas conservar sus propiedades nutricionales y organolépticas en su máxima expresión.
Para la cocción al horno, ten en cuenta que la temperatura interna del filete no debe ser mayor a 70ºC. Cuidar este detalle te permitirá incrementar su sabor, por lo que te recomendamos conservar la temperatura del horno entre 180 a 190ºC.
Como hemos destacado a lo largo de este artículo, el rodaballo se caracteriza por su textura tierna y delicada, siendo bajo en grasas y sin espinas. Por estos motivos, es perfecto para cualquier tipo de preparación y es por sobre todo adecuado para quienes no suelen consumir pescado, como los niños. Puede servirse con verduras, salsas suaves, o incluso con purés. Si aún no lo has probado, ¡no esperes más!
